jueves, 1 de septiembre de 2011

Tiempo de descuento (la presentación de Marta)

Tiempo de descuento

Por Martha Sibre

¡Qué difícil es llevar la cuenta del tiempo! Lo que parece que ocurrió el año pasado ya está cumpliendo seis u ocho años. Cuando lleno una hoja de datos tengo que pensar varios segundos para escribir la edad, lo mismo me sucede cuando me preguntan.

No se cómo llegué a los 69. Es un número con mala prensa. Pero nadie me los da, dicen 72, a lo sumo 70. En realidad no me importa, porque no puedo hacer las mismas cosas que no podía hacer a los 40. Tampoco me importa el cabello blanco, porque eso es de familia.

Lo que más me molesta es que me digan: “No te podés quejar, vos estás bien todavía”. Ese “todavía” suena como si en cualquier momento va a dejar de ser así.

Mis coetáneas dicen que hay que tomar vitamina C y E para no oxidarse, comer una banana por día para tener potasio y no acalambrarse, calcio para no quebrarse y acetilsalicílico para no coagularse. ¿Pero cómo consigo hacer un espacio entre la toma de comprimidos para la presión, para la depresión, para la ansiedad, para el colesterol, para la circulación, para dormir y, además, para acordarme de tomarlos a todos “la pastilla para la memoria.”

También repiten y repiten que hay que caminar. A cada una se lo recomendó un profesional distinto: el traumatólogo, el endocrinólogo, el cardiólogo, el gastroenterólogo, el ginecólogo, el dietólogo o el gerontólogo. Lo que sucede es que no existe otra actividad física que podamos hacer, como gimnasia acrobática, jabalina, carrera de obstáculos, equitación, tenis, básquet, polo, lucha en el barro o patinaje. Tampoco explican como caminar con los juanetes, los pie plano, las várices, la artrosis de rodilla, o el dedo martillo.

¿Y de las veredas? De eso no se habla. Las veredas, además de sus baldosas rotas y/o flojas, tienen un declive pluvial lateral. Así que cuando caminás varias cuadras con la pared del mismo lado, te va a doler un costado de la cadera, tenés que cambiar de vereda para que el dolor cambie de lado y equilibre el desgaste. Si no te duele nada … es porque tu escoliosis compensa la inclinación.



5 comentarios:

  1. ¡Qué bueno! Realmente tenés buenos alumnos. ¿Cómo fue la clase de ayer?
    Te mando un beso grande

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  2. buen inicio, especialmente el ultimo parrafo.

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  3. Dear Martín:
    Estoy en Pto. Madryn visitando a una hija y sus dos encantadoras mellizas, cagándome de frío y sin casi salir a la calle por el viento que te acuchilla
    las carnes.
    Eso me deja sin ninguna excusa para dejar de leer la interminable literatura con la que me atiborrás. Lo más interesante que leí es que tenés una alumna Marta, de 69 años (justo para mí) que además se atreve al humor (aunque con no demasiada fortuna). La primera pregunta que me brotó y que te transmito es ¿que tal está?
    No dejes en primer término de contestar.
    Pasando ahora al tema de tu curso, me parece excelente que hayas logrado un grupo que pueda seguirte. No sé cómo lo logras, porque a veces a mí (que me tengo en alta consideración) me cuesta. Pero ahí están. Cuidalos. Y los hay algunosbien ingeniosos. Quiere decir que sos un buen profesor.
    Un abrazo. R.

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  4. Hola Marta ! Me encanto lo que escribiste! Te conozco? No se si fuiste al curso de Martin Brauer? Yo tambien escribo. Por lo que veo esto es de hace muchoas años asi que no se si nos podremos comunicar en este momento. Mi face es Bibiana Galli y mi correo es bibianagalli@gmail.com si es posible estaria muy bueno. soy coedad tuya jajaj no se como se dice!!

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