lunes, 5 de septiembre de 2011

Querido Octavio - Bibiana

Querido Octavio!
Siempre recuerdo nuestros encuentros furtivos detrás del convento a la hora de la siesta cuando mis padres dormían placidamente su borrachera del medio día, en realidad nunca me detuve a pensar el porque de esos hábitos, solo se que en ese momentos me parecían utilitarios ya que el encontrarme contigo favorecía mi digestión, aunque no me permitía eliminar los gases que acudían a mi vientre o los eructos que disimulaba con mi delicada man, cuanto o!
Fuiste acostumbrándote de a poco a mi pobre cuerpo delicado
Esa última misiva tuya me llenaba de esperanza, porque mientras realizaba el tratamiento que te mencioné en mi carta, estuve em-barcada en la lectura, sobre todo desde el día que leí “La mujer transgresora” junto con “terapia de vidas pasadas” “ El cuerpo tiene sus razones” y “ Pollitos en fuga” había descubierto un sinfín de conocimientos que me permitirían un cambio, esta niña sacaría de su cuerpo todos los deseos dormidos y puestos en un físico dolor . Ha y no debo olvidarme de “La enfermedad como camino” Este me ayudo a entender de la herencia alcohólica que han depositado mis progenitores en mi pobre personita, claro he sido un fruto inmaduro de noches de lujuria mezclada con los mejores elixires, a veces me daba vergüenza comentarle a tantos profesionales, a los que he concurrido con frecuencia que mis padres fueron atacados con una cirrosis galopante y murieron los dos juntitos tomados de la mano en el sótano de nuestra finca frente a una vinoteca parlante que les indicaba cual era la próxima bodega que iban a degustar, porque si, todo era de última tecnología, de última generación, bebidas de alta gama.
El dinero heredado de mis abuelos se destiló de a poco hasta darlo por perdido. Cuando me preguntaban de que habían muerto mis padres yo inventaba una historia triste, decía, en su último viaje al Africa había contraído una enfermedad fatal que había sido contagiada de los esclavos que los acompañaban en sus expediciones. Mi miraban con compasión!
Paso a releer nuestras últimas cartas esperando ansiosa el momento al que te refieres en ella.
Octavio! Cuando me has comprendido! Recuerdo algunos párrafos de mi última misiva, este loco amor me tenía tan enferma, mi ardor estomacal que se repetía y me dejaba sin respiración, esos vómitos de bilis que demostraban claramente la profundidad de mi inocultable amor, realmente seguir mante-niendo mi virginidad era un trance muy amargo, no había medi-cación inyectable o por boca que calmara este loco fuego, ni si-quiera los supositorios traían alivio. Mi piel con ese sarpullido rojizo se me llenaba de escozor. Recuerdo que ya no podía realizar mis tareas cotidianas, cada vez que subía a un transporte la gente huía pensando que era la viruela, yo les decía estoy vacu-nada, pero nadie lo creía !
Las várices se habían inflamado de manera explosiva! Y las vendas estaban tan caras!
Te amaba mas allá de mis sentidos, no veía, no sentía gustos ni olores, solo escuchaba el latido de mi corazón!
Los chocolates, las nueces, las frutas secas, desarrollaban más mi instinto, recuerdo tantas veces pensé en mi entrega y en la prueba de amor que tanto me pedías, pero por no declinar y entregarme al sexo contigo, en mis dedos índice y mayor el gel había producido unas quemaduras que no dejaban de sangrar. Por todo eso fue que te explique de mi internación por un largo tiempo para luego ser tuya para siempre.
A todo esto Octavio tu respuesta esperanzada me la aprendí de memoria desde el primer día:
Negrita! Se que hierves desde tu estómago hasta tus tobillos por este irrefrenable amor, no te entristezcas por mi ausencia ya que cuando vuelva besare una a una esas marcas rojizas que te llenan de escozor. Masajeare tus várices con tanta pasión que el dolor se te quedara olvidado para siempre y si aun queda alguna herida beberé tu sangre como el mas dulce elixir.
Visitaré las islas del mar EGEO y juraré ante Afrodita la diosa del amor que mi dulzura hará de ti la mujer mas dichosa, me bañare en esas cálidas aguas y orare por ti ante semejante majestuosidad para que tu cuerpo consiga esa frescura que mereces, que tus llagas vayan regenerándose de a poco y tu imagen muestre a esa mujer transparente que siempre deseaste.
Como tu recuperación será un tanto larga deberé sufrir mucho tiempo en soledad, por tanto Marruecos será el próximo destino.
Ansío el día que podamos unir nuestros destinos, quizá en alguna capilla hospitalaria, y nuestro cuerpo y nuestra alma estén juntos para siempre en tu corazón y en el mío, tuyo Octavio!
Desde hace algunos años esta capillita esta en construcción, esperar por ella tal vez será demasiado, además Octavio pienso que ya habrás rezado tanto que mi cuerpo está repuesto de manera rozagante, para que te convenzas de ello me han dado permiso para buscarte por las playas de Marruecos, el único impedimento es que necesito dos asientos para viajar en el avión!
Si puedes colaborar con el pasaje? Estoy dispuesta ha entregarme en cuerpo y alma!!

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