viernes, 9 de septiembre de 2011

El sí fácil y la bestia

3er banco fila derecha  fue mi ubicación al entrar al aula de mi primer grado lo recuerdo con total claridad, sentadito con muchas expectativas en ver quien seria mi nuevo compañerito, y seguramente mi nuevo amiguito  de toda esa nueva experiencia que seguramente también  compartiría inolvidables tardes de fútbol,   jugaríamos a la mancha y a todos los juegos brutos que acompañaron toda  mi infancia  hasta ese momento.
 Pero de repente toda mi ingenuidad fue interrumpida por completo al ver una hermosa niña ingresando al aula con dos largas trenzas rubias dueña de unos ojos de un color azul que me dejaron sin palabras, seguí el recorrido de sus pasos sin dejarla de mirar  un segundo, la examine de pies a cabeza  su diminuto cuerpito se llevaba toda mi atención hasta que de repente veo que se acerca a mi y  me pregunta dulcemente. Me puedo sentar?  Mecánicamente y sin pensarlo respondí Si! me mira la miro me quedo observando su belleza, y ella no para de hablarme, no para de moverse  no para de sacar todas sus cosas de su mochilita,  no para de hacer varias  cosas a la ves, pero ella sin embargo se dio cuenta al segundo de mi gran  debilidad no saber decir que no
. Al minuto ya comenzó a aprovecharse de mi y se adueño de prácticamente todo el banco acomodando sus cositas ella seguía hablando hacia muchísimas cosas a la vez,  que me mariaba, fácilmente me di cuenta que era un poco mas inquieta mas curiosa y mas inteligente; durante  la espera de nuestra primera maestra me pregunta como te llamas? le respondí amablemente ALBERTO  le pregunte cordialmente y vos? Y de esa delicada boca escuche el nombre que meses después comenzaría a odiar y detestar con toda mi alma  en  todos mis días en el colegio YO-LAN-DA minutos después  y estirando su delicada manito escucho queres ser mi amigo? En ese momento jamás imagine que ese tímido Si seria el primer paso de mi larga maratón asía la desgracia. Ella siguió abusándose de mi grave problema para decir no y empezó a disfrutar de mi debilidad. A partir de ese momento pase a ser su compañero en todos sus juegos  que todo el mundo le decía que no yo era el único que decía que si, esto sucedió durante años pero ya llegada la adolescencia esto se hacia menos llevadero al darme cuenta que yo nunca disfrute de lo que realmente quería y solo hacia todo lo que quería y tenia ganas ella.  Porque automáticamente tenía mi aprobación seguido de preguntas como, Beto  jugas a la rayuela?, Beto no me haces la tarea? Beto me servís jugo? Nunca pude decir que no,  y cansado de darle mi ultimo bocado de alfajor en todos los recreos  fui al psicólogo quien me dijo que tenia que limpiar mi mente de sentimientos de simpatía para con los otros y que la receta para eso era una pizca de indiferencia, una cucharada de orgullo y un taza de desprecio asía los demás pero yo no podía ser le indiferente no podía despreciarla era muy grande el encanto que tenia asía ella, Encanto que se llevo en su totalidad la adolescencia día a día le florecían en su ex piel de porcelana entre 3 y 5 protuberancias casi del tamaño de sus enormes ojos azules los cuales fueron tapados por unos enormes anteojos  de grueso armazón marrón para poder sostener el peso de esos cristales casi del tamaño de una óptica de un automóvil , sus hermosas trenzas desaparecieron dejando al aire libre un pelo pajoso y desprolijo que acompañado de un mala decisión del peluquero le daban forma de canasta de mimbre a su cabeza, su diminuto guardapolvo quedo muy lejos y fue remplazado en unos pocos meses en uno  guardapolvos de adulto lo único que mantuvo de aquel primer día fue su altura seguí conservando su metro 15, cada día era una pesadilla a su lado pero no podía decirle que no a nada intente infinidades de veces solo en mi casa frente al espejo con toda clase de no, no con brazos cruzado, no con brazos extendidos, no acompañándolo con movimiento de dedo,  No acompañando con el brazo ,no separándolo N-O, no con distintas tonalidades ,no a los tenista noooooo. Pero al cumplir 16 años un día me dice queres ir a la plaza obviamente dije si, al llegar y acomodarnos en un banco tomando dos helados que ofreció ella y para no perder la costumbre volví a aceptar llego una pregunta que jamás pensé que iba a dar fin a mi pobrema , totalmente distraído mirando la calle ya había perdido el placer de ver sus labios cuando se movía solo le prestaba una oreja  quería evitar  ver su aparato dental  rebalsando de restos de almuerzo y quizás de la cena anterior , cuando llego la pregunta que nunca imagina que daría por culminado mi problema de no poder decir que no y escuche dulcemente su vos ya no tan dulcemente como el primer día.. Queres ser mi novio?

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